domingo, 28 de octubre de 2007

Historias de científicos

Como parece que Nikt es prácticamente el único que escribe por aquí, voy a echarle una manita. Que ya iba siendo hora ¿¿no???.

Últimamente tengo entre manos un libro muy entretenido sobre algunos descubrimientos científicos. Y, lo creais o no, está lleno de historias sobre curiosos personajillos muy listos, pero algo rarillos, de los que nunca había oído hablar. Algunas son tan interesantes que creo que os gustarán.

El relato que más me ha impactado de todos los que he leído ha sido el de la vida de Gideon Mantell. Era un médico en Sussex, Inglaterra, que vivió durante la primera mitad del siglo XIX. Este señor se obsesionó con el estudio de los fósiles hasta tal punto que dejó prácticamente de atender a sus pacientes y arruinó a su familia comprando fósiles con el poco dinero que ganaba.

Aquí teneis al caballero. Muy simpático no parecía, la verdad.

A pesar de dedicar casi toda su vida al estudio de esos especímenes, a Mantell le persiguió la mala suerte: cuando quería publicar sus descubrimientos resultaba siempre que alguien los había publicado hacía poco, y eso si le tomaban en serio. Cuando, desesperado por su situación económica, abrió su casa como museo de fósiles, los caraduras que iban a verlos se colaban sin pagar, alegando que era "el trato correcto entre caballeros". Mantell tuvo que vender toda su colección para poder dar de comer a su familia. Al poco tiempo, sin embargo, su mujer y sus hijos le abandonaron.

Repasemos: el amigo Mantell es un gran estudioso de fósiles, descubridor de varias especies de dinosaurios, pero ha perdido toda su colección, la comunidad científica no le hace ni caso y su mujer se ha largado de casa. Vamos, un buen panorama. Pero lo peor que le pasó a Mantell vino después, cuando los científicos comenzaron a ver que oye, que el tío valía para esto de los fósiles. Ya por fin pudo publicar sus estudios y la gente le hacía caso. Todo empezaba a ir bien...hasta que tuvo un accidente en 1841. Se cayó del carruaje que le llevaba, se enganchó en las riendas y los caballos lo arrastraron varios metros. El pobre quedó encorvado y con la columna vertebral irremediablemente dañada.

Mientras nuestro querido colega estaba reposando en el hospital entró en juego otro importante científico, muy majo él, llamado Richard Owen. Pues este señor, aprovechando que Mantell estaba débil, se dedicó a borrar el nombre de éste de todos sus artículos y descubrimientos y a escribir el suyo. Vamos, que se atribuyó a él mismo todo lo que el pobre Mantell había conseguido durante su vida. Por si eso no fuera suficiente, utilizó sus influencias para que no le volvieran a publicar nada más.

Desesperado, Mantell se suicidó en 1852. Su columna vertebral fue enviada para ser estudiada al Real Colegio de Cirujanos, concretamente al anatomista más prestigioso de la institución, un tal Richard Owen, que, paradójicamente, se encargó de estudiarla y consiguió aumentar su fama gracias a sus estudios sobre ella.
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Como veis, el pobre Gideon no tuvo mucha suerte en su vida. Espero que no os hayais aburrido mucho xDDD Si os ha gustado ya iré poniendo más (cortitas, lo prometo). Ciao!

sábado, 27 de octubre de 2007

La Guerra de las Galaxias, un especial musical

Bueno pues parece que va tocando una actualización. Y lo voy a hacer con un especial de La Guerra de las Galaxias, Star Wars para los frikis más recalcitrantes, y su música… en realidad con su no-música. Y es que a veces no nos damos cuenta de la importancia que tiene una banda sonora para que una película llegue a funcionar.

Imaginaos por un momento que George Lucas hubiera ido a ver Lord of the Dance antes de sacar Star Wars y se hubiera imbuido del espíritu celta. Igual le hubiera sugerido a John Williams que el famoso tema sonase un poco a esto.



Al fin y al cabo tampoco hay tanta diferencia entre los rebeldes y el de Braveheart. Luchan por la LIBERRRRRRRTADDDDD.

O que hubiera pasado en el caso de que Lucas hubiera escuchado a aquellos que dicen que la saga es demasiado infantil



Sí, perdería bastante dramatismo y majestuosidad. Pero siempre se podría arreglar con una escena que incluyese esa música que conecta tanto con el dolor, la desesperanza y todo eso: el buen y viejo Blues. Y podríamos haber derramado lágrimas con esto.



Impagable cuando Luke le vuelve a poner la máscara a su padre a ver si así para.

Pero podía haber sido aún peor. Imaginaos dos bandas rivales, los imperio y los rebeldes, luchando por ser los dueños del barrio (universo) mientras pasean en sus naves tuneadas y diciendo cosas “Mueve rapidamente tu negro culo enlatado y desaparece de mi vista” (sí me he autocensurado) Por supuesto escucharían Gangsta Rap



¿Alguien creía que Jar Jar no podía ser más odioso? Se equivocaba.

Bueno y toca acabar dando las gracias a todos esos que tienen tanto tiempo libre como para hacer videos de estos y nos alegran a los que tenemos tiempo como para verlos. Os dejo con la versión musical "tipo Broadway" de Star Wars, no puede ser peor que La Amenaza Fantasma.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Videojuegos viejunos: aventuras textuales.

Hola a todo el mundo. Ésta va a ser la primera de una saga sobre esos videojuegos de antaño en donde los autenticos (frikis) jugones de la época, se pasaban horas y horas de sano e inútil ocio.

Y qué mejor manera de comenzar que con un género clásico entre los clásicos:

las aventuras conversacionales (de texto)

Éste no es un ejemplo representativo.
L@s verdader@s machos/feminas juegan SÓLO con texto.


Las aventuras de texto no eran otra cosa que una pantalla de palabras blancas sobre fondo negro (o lo que es lo mismo, ejecutándose tipo ms-dos), en donde al igual que en esos célebres libros de "elige tu propia aventura", debíamos completar una misión o desproposito en base a nuestra supuesta inteligencia, y más que probable suerte y enfasis reiterativo. Aquellos precámbicos que recuerden los ochenta más allá de los escarceos artísticos de Almodovar, y los no menos memorables anuncios y carta de ajuste, tendrán en mente a ordenadores como el spectrum, el amstrad, el C64 y el msx, entre otros, al tratar este tema.

Y es que en verdad no hacían falta mucha virguería técnica. Jugar a estas aventuras era como leer un libro que tú ibas creando sobre la marcha. Se presuponía que el siempre sabio jugón tenía la imaginación y el buen gusto necesario para recrear en su mente el contexto que se nos narraba. Eran otros tiempos... en donde no había Antialiasing a 16x, motion blur, ni demás pijadas actuales cercanas a la epilepsia visual.

¡Fotorrealismo, inmersión 3D!

¿Cosas a favor de este genero? Que según lo vieses eran bastante rejugables. Uno se terminaba una historia, ok. Quizá todo estaría bien hecho, pero... ¿Qué hubiese pasado si en vez de elegir esta opción hubiese elegido la otra?¿Habría quizá un camino alternativo? ¿He pillado todos los objetos? Quitando la obvia -aunque más que suficiente- simplicidad de la época, uno no podía más que hacerse de vez en cuando esas preguntas, y más si eras un niño.

No hay que olvidar que en cierto modo eran casi educativas, ya que a no ser que fueran muy gañanes, los programadores se esforzaban en escribir correctamente, y mejoraba la comprensión lectora y sentido ortográfico del chaval en cuestión.

Como siempre, hay excepciones... He aquí un pionero del fenómeno Hoygan en España.

Las aventuras conversacionales, al igual que su hijo pródigo (las gráficas con el sistema SCUMM de Ron Gilbert), han casi desaparecido a día de hoy, quedando relegadas a meros instrumentos anacrónicos que a -casi- nadie le importan. Pese a esto, hay webs en internet que siguen interesadas en el tema. El más claro ejemplo es CAAD ( http://www.caad.es )

Veremos dentro de diez años más...

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Un ejemplo de aventura conversacional adaptada a nuestros días, sería Las llaves del tiempo. Pongo este ejemplo y no otro, porque me lo bajé hace dos días, y estoy atascado. ¿Qué co** hay que hacer una vez estás en la oscuridad? Pues eso, que si alguien sabe la respuesta que la ponga en comentarios, que no puedo dormir del trauma por inutilidad.

Para que luego digan que estos juegos no son adictivos...

Saludos

domingo, 7 de octubre de 2007

Destino Fatal

Cuando hace más de cien días ya, se decidió poner en marcha este blog, pensé que sería un buen lugar para contar una serie de anécdotas bizarras y mitómanas que había oído. Pero hasta el momento lo había dejado en Betty Page.

No, no vuelvo a hablar de ella, pero la he mencionado, asi que foooooootoooooo.

Pero últimamente no hacia más que encontrar toda una serie de referencias a los Premios Darwin, que “premian” (perdón por la redundancia) las muertes estúpidas, o referencias a muertes estúpidas sin premiar, incluso he visto una peli con ese nombre, me estoy leyendo Mort de Pratchett… el destino me estaba mandando señales. Pero no temáis, no voy a contar la historia del tipo que se cayó de un rascacielos intentando demostrar lo resistentes que eran los cristales de su despacho, o la del amante del tuning que incorporó un reactor de caza a su coche, que ya lo hacen otros mejor que yo.

Pero sí que toca una de muertes raras, extravagantes, misteriosas y/o irónicas.

El primer personaje vivió a la sombra de su padre. Y murió a su sombra también. La historia de Brandon Lee es bien conocida. En 1993 durante el rodaje de El Cuervo (film de culto gracias en gran parte al trágico suceso) el actor recibe un balazo en el abdomen de un arma que debería estar cargada con balas de fogueo y no con una de verdad que le hará agonizar durante horas en un hospital antes de acabar con su vida.


Su padre fue Bruce Lee, creo que no hacia falta decirlo. El mito de las artes marciales también murió joven y en circunstancias todavía no aclaradas del todo. En general parece admitirse más la teoría (suena a leyenda urbana 100%) de la venganza de un maestro rival que la de la reacción alérgica a un analgésico que tomó horas antes de su muerte por un dolor de cabeza, o la de que esa jaqueca no fuera más que uno de los síntomas de la extraña epilepsia no diagnosticada que podría haber padecido.

En una extraña casualidad a los dos actores les alcanzó la muerte en pleno rodaje, dejando sus películas inacabadas. En un giro aun más bizarro el personaje que interpretaba Bruce Lee en Juego con la Muerte recibe un disparo similar al que años después mataría a su hijo en la realidad. ¿Más? Otra leyenda afirma que el momento del tiro puede verse en El Cuervo, aunque parece que el rumor es falso y esa toma fue destruida.



Lo que me ha costado encontrar una foto en que no estuviera en posición "te voy a meter dos tollinas"

Muchos, además, quisieron ver que el ajuste de cuentas iniciado con el padre continuaba en el hijo. Sí que es un hecho que al principio se dijo que la muerte de Brandon se había producido por un accidente de coche y no en el set de rodaje, quizá para evitar mala publicidad o acallar este tipo de rumores.

En 1984 pasó algo parecido con Jon-Erik Hexum que interpretaba a Marc Harper en la efímera serie de TV Camuflaje. El actor se puso a jugar a la ruleta rusa con una pistola sin imaginar que una bala de fogueo a bocajarro lo mataría.

"Y después de la ruleta, jugamos al pilla pilla en ese campo de minas… oye, alguien ha visto las garrafas de acido”

La ignorancia unida a la inconsciencia es peligrosa. Pero que le pregunten a Isadora Duncan sobre los riesgos de la elegancia y la sofisticación. Esta bailarina estadounidense encontró la muerte en Niza en el lejano 1927 cuando el foulard se le enredó entre los radios del coche en que viajaba. La estola era muy larga para que revolotease con la velocidad del automóvil y quedase una estampa muy de diva, pero más que admiración lo que consiguió fue ahorcarse y que su cuerpo fuese arrastrado unos buenos metros antes de que el conductor alertado por los gritos pudiese detener el coche.

Isadora Duncan o como ser sofisticada y morir en el intento.


Otra Fashion Victim literal fue Lupe Vélez. La Vélez fue la primera actriz mexicana que logró triunfar en Hollywood con películas como El Gaucho junto a Douglas Fairbanks, Oriente o El Prófugo, estuvo casada con el mismísimo Johnny “Tarzán” Weissmuller.

La actriz sufre un fuerte desengaño al confesarle a Harald Ramond, su amante, que está embarazada y este decide abandonarla. Tan grande es su frustración que tras una fiesta en la que ingiere grandes cantidades de alcohol decide suicidarse. Pero como es una estrella, decide irse con estilo. Llena su cama con pétalos de rosa, pone velas en la habitación, se maquilla y, cuentan, se rasura el pubis con forma de corazón, pues quiere que la encuentren desnuda y en todo su esplendor, tal vez para que Harald recuerde lo que se pierde. Una vez cree estar estupenda toma una buena dosis de Seconal.

Vive rápido, muere joven y procura que tu cadáver tenga un bonito aspecto.

La “belleza” de la estampa que había preparado se torció cuando Lupe empezó a sentir nauseas producidas por la mezcla de alcohol y medicamentos. Se levantó para vomitar, pero no llegó a hacerlo en la taza. Resbaló con él quedando inconsciente en el suelo tras golpearse la cabeza en el lavabo.

La encontraron ahogada en su propio vómito y con el maquillaje corrido. Que irónico y triste.